Los opositores al régimen yemení se crecen ante la adversidad
Aumenta la tensión en Yemen y Jordania donde siguen sucediéndose manifestaciones multitudinarias contra los régimenes que gobiernan sendos países. Viendo el tinte que están tomando los acontecimientos parece que los pueblos árabes han encontrado en estas olas revolucionarias sus mejores aliadas. En Yemen miles de ciudadanos exigen incesantes la dimisión del presidente, Ali Abdulá Saleh. Esta semana los opositores al régimen han visto resforzadas sus fuerzas gracias nuevas incorporaciones. El Ejército yemení se ha unido a las voces críticas, mientras que el presidente sigue con su pulso con los manifestantes.
La fractura que provocó la llegada de un nuevo medio no es una contrariedad desconocida. Víctor Hugo ya lo recogía en Nuestra Señora de París. “Era −escribe− el terror del sacerdocio ante un nuevo agente, la imprenta. Era el espanto y la admiración del hombre del santuario frente a la prensa luminosa de Gutenberg. Al púlpito y al manuscrito, a la palabra hablada y a la escrita les alarmaba la palabra impresa…” A día de hoy, el videoarte despierta las mismas pasiones. Imaginemos por un momento esta misma situación, cambiemos la imprenta por el estudio renacentista de Miguel Ángel, y a Gutemberg por Bill Viola. Sacrilegio, violación, o burla, serían palabras propias de cualquiera de sus coetáneos italianos. Reacción excusable para los ojos que nada entienden, para los ojos que nada ven, para las mentes que no pertenecen a la cultura audiovisual.
De la misma manera que un Pollock o el propio Guernica fueron difíciles de clasificar para aquellos que sólo entendían de proporciones y reglas de academia; Viola –o mejor dicho sus obras- han sufrido duras críticas antes de paladear el reconocimiento. Y es que, ya lo decía Schopenhauer: “Toda verdad pasa por tres etapas. Primero, es ridiculizada. Segundo, es violentamente rechazada. Tercero, es aceptada como evidente”. Por eso, con mayor o menor disfrute, es innegable que lo presentado por Kidel para la BBC, “The eye of the heart” es arte.
Guiar al ojo humano, ayudarle a entender, son los nuevos retos de artistas y comisarios. Un duro camino por recorrer que va más allá de cambiar los marcos y las alcayatas, por piezas originales de videoarte.
Al dictado 